Devolviendo amor


La jerarquÃa católica vuelve a la calle por tercer año consecutivo. Los obispos no se manifiestan contra el terrorismo, contra la pobreza o contra el cambio climático, sino contra quienes verdaderamente somos, para ellos, el gran peligro para la sociedad: lesbianas, gays, transexuales y bisexuales. Hoy, como aquel 18 de junio de 2005, volverán a salir a las calles de Madrid para presentar un modelo de familia que excluye y discrimina, para lanzar todo tipo de consignas homófobas, que atacan nuestra dignidad.
También en 2006 lo hicieron, esa vez en Valencia. Montaron todo un espectáculo multimedia con la inestimable ayuda de todas las administraciones valencianas (gobernadas por el Partido Popular), cuyo único objetivo era, de nuevo, como siempre, atacarnos e insultarnos. Aquel Encuentro Mundial de la Familia, con visita del Papa incluida, fue la demostración de que les molestamos, y mucho. Quienes firmamos esta carta decidimos que era precisamente ése el momento para hacernos visibles, y qué mejor manera que ejerciendo los derechos recién conquistados. QuerÃamos casarnos, y decidimos hacerlo el mismo dÃa y a la misma hora en que Benedicto XVI oficiaba la misa conclusiva de ese encuentro. Pero no fue fácil. Tuvimos que sortear el intento de boicot del PP, empeñado en que nada ni nadie les aguara la fiesta. Hicieron todo lo posible para que nuestras bodas no tuvieran lugar, denegándonos permisos, amenazando a quienes nos ofrecÃan sus espacios para la celebración y censurando en los medios de comunicación públicos cualquier discurso no oficial. A pesar de todo nos casamos, acompañados de centenares de familiares, amigas y amigos, entre quienes estaban personas de los partidos polÃticos de izquierda, sindicatos y movimientos sociales, muchos de ellos cristianos, y decenas de medios de comunicación. Nuestra lucha por reivindicar el amor venció, una vez más, a quienes pretenden quitarnos la libertad.
Hemos resistido durante siglos las embestidas de la jerarquÃa católica, hemos pasado por el fuego, la tortura, el exilio y el miedo. Pero seguimos aquÃ, más fuertes que nunca porque nuestra marca identitaria se centra en un aspecto que es desear, amar a otra persona. No hay fuego, balas, cuerdas, máquinas de tortura ni emisoras de radio que puedan exterminar el amor, el deseo, el querer a otro ser humano. Y aguantamos tantos palos porque nos mueve el amor. Respondemos a ese odio irracional devolviendo amor. No necesitamos altares millonarios, ni pantallas gigantes, ni mensajes desde Roma, para mostrar la felicidad y la esperanza. Y hoy, un dÃa más, mientras la jerarquÃa católica se concentra en la calle en su última cruzada, nosotros seguiremos amándonos, sintiéndonos orgullosos de quienes somos y teniendo bien presente a quienes lucharon durante el franquismo, a quienes estuvieron en las cárceles y en los psiquiátricos sólo por ser lesbianas, gays, transexuales y bisexuales. A quienes murieron de SIDA. A quienes siguen sufriendo la homofobia y la transfobia más brutal en tantos y tantos paÃses.
La concentración de hoy es una muestra más de la debilidad de quienes se empeñan en volver a la época de las tinieblas. Y demuestra que vamos por el buen camino. Sigamos avanzando en él.

Luisa Notario, Nuria Cobo, José de Lamo y Sergi Campillo
Lambda-Valencia
Punto por punto vuestro último párrafo es la exacta descripción de su miedo: que vamos por el buen camino. Y sigamos.
Aún recuerdo vuestra boda y el momento en el que coincidió. Gracias por el compromiso y por todo lo que hacéis desde Valencia!
Me ha emocionado vuestro texto. SÃ: es en el amor donde muchos de nosotros podemos encontrar las fuerzas para resistir y responder a quienes se empeñan, desde el odio y el prejuicio mezquino, en considerarnos como seres inferiores y dañinos. En el amor, y también en la amistad y la solidaridad entre las personas LGTB, y con aquellos que no son LGTB pero están a nuestro lado; al fin y al cabo, la amistad y la solidaridad son también formas de amor. Un bes ben gran a tots quatre, i moltes grà cies.
Felicitats pel vostre article
Aquellos dÃas del Papa fueron de lo más lamentable. Sólo la campaña “Jo no t’espere” i vuestras bodas contribuyeron a hacerlos más llevaderos.
Por otro lado, no me cansaré de repetir lo importante que ha sido para mà y mi familia poder formalizar nuestro matrimonio. Sin él mi madre y mi padre no hubiesen asumido tan cómodamente nuestra relación.
Los curas, como bien decÃs, sólo quieren perpetuar su poder, y para ello tienen que hacer ver a sus feligreses que son mejores que el resto, que sus matrimonios son auténticos y el resto no lo son. Que tengan que sobrevivir a base de prejuicios da una idea del tipo de gente que son ellos (la jerarquia) y sus seguidores (algunos de buena fe, pero que se dejan engañar).
Feliç Any Nou
Sólo con amor y solidaridad podremos luchar para no volver a la época de las tinieblas.
Bon any nou per a tothom!!!
besitos, muxuaks, besines i molts petonets