El sofá


Los comienzos del Sida: Recordando sin ira
En 1985, en Madrid, nadie hablaba del Sida. En aquellos momentos, comienzos de la pandemia entre nosotros, cuando aún los telediarios no abrÃan con Rock Hudson agonizante, el Sida era algo innombrado, innombrable, una referencia en voz baja, que entraba de puntillas en la conversación. Un pequeño grupo (cinco personas) decidió romper el silencio y creó el Comité Ciudadano Anti-Sida de Madrid, la primera asociación de este tipo que hubo en España. Empezaron a reunirse en el Café Comercial (ponÃan sobre las mesas los primeros folletos preventivos como contraseña) y decidieron Hablar del Sida (Su primera publicación se llamará “Hablemos de Sida”), Difundir un mensaje preventivo, sencillo y claro: “Utilizar Condón en la penetración anal o vaginal, No tragar semen ni flujo vaginal, No compartir jeringuillas”. En un primer momento la respuesta a dicho mensaje fue, en el mejor de los casos, esquiva.
Recuerdo (sin ira, claro está) que nadie querÃa escuchar. Nadie querÃa darse por enterado. Más aún: Los propios afectados (hemofÃlicos, homosexuales, heroinómanos) no lograban encontrar un punto en común desde el que luchar juntos en un tema que les afectaba por igual. En la primera conferencia sobre el Sida celebrada en Madrid los hemofÃlicos se negaron a compartir mesa con “gays y yonquis”. Los “yonquis”, por su parte, entraban a hacerse la prueba de detección de anticuerpos en Navas de Tolosa 10 remangándose la camisa para dejar al descubierto los moretones en sus brazos, los estigmas de los pinchazos reiterados, prueba evidente de que no eran maricones. Los homosexuales, a todo esto, tampoco se lucieron en esta primera etapa. Hablar de Sida estaba practicamente vetado en los garitos de Chueca (con la honrosa excepción de “Rimmel”, cuyos dueños, paradójicamente, eran heterosexuales). Recuerdo (sin ira, por supuesto) las negativas de los encargados, las excusas esgrimidas para no permitir la distribución de folletos, las pegatinas arrancadas, la insolidaridad manifiesta que algunos expresaban sin tapujo junto a la caja registradora: “Esto nos va a joder el negocio”. Por ello las primeras reuniones informativas realizadas por el Comité Antisida tuvieron que realizarse fuera de Chueca, en Malasaña, en el histórico “ElÃgeme”, cedido solidariamente por amigos heterosexuales (gracias VÃctor ClaudÃn, gracias JoaquÃn Sabina).
En aquellos primeros momentos del Sida, pocos eran los que se atrevÃan, en Chueca, a mirar de frente la enfermedad, pocos sabÃan qué hacer ante la duda de estar infectado por el VIH, nadie utilizaba condón y en las pantallas de los bares los videos porno remitÃan a un sexo despreocupado y “a pelo”, como si nada estuviera ocurriendo. La prensa gay de entonces, el fanzine “Mundo Gay”, por ejemplo, también se lucÃa lo suyo aportando más oscuridad a las tinieblas. En 1986, La Cotilla, una de sus firmas más reputadas, escribÃa: “¿Conóces tú a alguien que tenga el Sida?. Yo no, y mira que me muevo en el ambiente. Me da la impresión que todos los que lo tienen deben ser amigos de los periodistas que no paran de hablar de nuevos casos. Al menos en el Carretas no conocen a nadie que lo tenga”. Muy pronto, lamentablemente, la pregunta de La Cotilla podÃa ser contestada afirmativamente y no sólo por los asiduos del entrañable Cine Carretas. Muy pronto todos conocieron a alguien que tenÃa Sida…y, fue entonces, cuando las cosas, poco a poco, comenzaron a cambiar…y las primeras máquinas expendedoras de condones hicieron su aparición en los locales. Al impacto primero de la irrupción del VIH entre nosotros, siguió la aceptación de la evidencia y, lentamente, se impuso el buen criterio de la prevención. Ya no era de mal tono esgrimir un condón como de tarjeta de visita segura; ya se sabÃa a dónde acudir para hacerse la prueba (Navas de Tolosa 10, Sandoval 7, fueron los centros pioneros); ya nadie aseguraba, sin caer en el ridÃculo, que el Sida era un invento de “La Polaca Wotyla y Reagan” para arruinarnos la fiesta peramanente. Y, para completar el nuevo cuadro, en los videos de los garitos, la inédita pornografÃa preventiva, asumiendo su calidad de servicio público, demostraba como un condón pefectamente fotografiado y desplegado sobre apropiado mástil, podÃa tener más morbo que una anilla en los testÃculos, un peto de cuero o una muñequera a lo Tom de Finlandia, y al mismo tiempo difundir un mensaje de vida, de prevención.
Por Ricardo Lorenzo
Es curioso, pero observo, sin ira también, que tanto este escrito asà como cualquier otro de los aparecidos últimamente en esta página referente al tema del sida, no llevan añadidos al final ningún comentario. A diferencia de la cantidad de comentarios que suscita cualquier otro tema, éste pareciese que no suscita ningún interés o si bastante indiferencia por lo menos. SerÃa fabuloso que esa indiferencia se debiese a que este tema ya fuese algo superado, algo que no supusiese mayor problema para la vida de las personas. Sin emabargo las cifras de nuevos contagios no hacen pensar que esto sea asÃ.
Soy seropositivo diagnosticado hace quince años, vivo en una ciudad de provincias y el diagnóstico supuso que tras varias decepciones con amigos, decidiese entrar en lo que podrÃamos llamar “el armario del vih”. Es decir, ese armario donde “tenemos” que entrar los gays seropositivos para continuar siendo, sino aceptados, al menos no rechazados de plano por ese colectivo que se supone es el nuestro. Un armario del que sólo puedes entreabrir las puertas en contadas ocasiones y siempre con mucha precaución, en mi caso personal, con especial precaución cuando se trata de abrirla a alguien gay. Un armario en el que siguen entrando cada dÃa muchos otros gays recién diagnosticados, independientemente de que vivan en pueblos, pequeñas o grandes ciudades; porque el miedo al rechazo dentro del ambiente, sigue estando tan vigente como en los primeros años de esta pandemia.
Quisiera pensar que esa reprobable actitud que comentas por parte del colectivo gay en aquellos años, hubiese sido superada, que ese colectivo fuese hoy algo más adulto, con opinión y responsabilidad, que supiese hablar sin complejos ni traumas respecto a este tema como respecto a cualquier otro. Mucho me temo sin embargo que ese “silencio” que se crea siempre alrededor de esta palabra no deja mucho lugar a dudas de que esto sea asÃ.
Un abrazo, mis felicitaciones y gracias por esta lectura
Trivak
Gracias por tu comentario.
El articulo lo ha escrito mi amigo Ricardo, quien junto con su marido Hercot Anabitarte fueron unos de los cinco pioneros de la lucha contra el vih En España. Tambien fue miembro fundador de la pimera asociacon GLBT en Argentina. Los dos tuvieron que emigrar a España como refugiados politicos cuando la dictadura argentina.
Estoy de acuerdo contigo en que siempre que se produce algun articulo sobre el tema VIH los foreros habituales no producen ninguna reaccion. Estoy preparando una serie de articulos para DM en relacion con el VIH, que trataran sobe patogenesis y evolucion en el conocimiento del VIH desde el punto de vista medico y el tratamiento, sobre los efectos psicologicos (que considero que son los mas importantes), sobre el estigma , los problemas sociales y las razones por las que considero que la gente folla a pleo
Te doy toda la razon de que dentro de nuestro colectivo hay una falta total de solidaridad con nosotros y de que somos totalmente transparentes.
Acabo de volver de una marcha silenciosa en Malaga con velas que celebramos para conmemorar y rendir homenaje a nuestros amigo/as muertos. Ha sido decepcionante. El numero de participantes ha sido inferior al de los seropsositivo/as que yo he visto morir a lo largo de estos años.
Si alguien se entera a lo mas que llega a hacernos sentir su lastima y el buen rollo. No es eso lo que yo busco, quiero que traten como a cualquier otro que tiene la desgracia de tener una enfermedad que ya sabes que hoy en dia no tiene la importancia que tenia.
Yo he salido del armario vih en television hace ya muchos años y no me ha traido ningun tipo de problemas, Al contrario. Pero claro no todo el mundo esta en mis circunstancias.
De todas formas debo decirte que la discriminacion verdadera es mucho menor a la nosotros pensamos que existe, aunque haberla hayla.
Me da mucha pena todas esas celebraciones que se celebran durante estos dias por parte de organizaciones, que algunas no han visto un seropositivo en su dia y a las que nunca he escuchado exigir ni la aprobacion de farmacos, ni las cargas virales, ni las pruebas de resistencias, ni que se nos puedan hacer trasplantes , ni que se implanten fibroescan en los hopitales.
Eso si, a la hora de atacar a las admistraciones que les dan de comer, para realizar unas actuaciones que yo considero totalmente rediculas estan los primeros.
Te dire que los miedos que se producen dentro de los miembros del colectivo por temor a que sus amigos pueden a pensar que son VIH+, Practicamente coge ningun folleto informativo y a lo mas que llegan es a llevarse un par de condones. Las pruebas rapidas que se hacen en la calle Fuencarral son un desastre porque a las mariquitas les da miedo que les vean entrar.
Muy interesante ese proyecto que mencionas sobre el vih, estaremos atentos.
Me hace gracia la forma en que aplicas el término de “mariquitas” a aquellos gays de la calle Fuencarral que huyen despavoridas de los puntos de pruebas rápidas. No creo que en este contexto sea en absoluto un término despectivo, con esos comportamientos simplemente asumimos el estereotipo que ciertos sectores de esa denostada sociedad homófoba nos atribuye de cobardes e inmaduros.
Un saludo y los mejores deseos