Dos manzanas

Si el aleteo de una mariposa en Birmania puede ocasionar un huracán de proporciones épicas en Chinchón, y si todos estamos a seis grados de separación de todos, (concretamente, yo de la Reina Sofía a dos) cuanto más razón para buscar relaciones en temas que aparentemente no están relacionados. Llámalo frivolidad o divertimento, pero yo ya tengo el chubasquero preparado por si las moscas

Las películas que mezclan niños y nazismo me angustian sobremanera. La lista de Schlinder conseguí verla entera hace poco. La vida es bella no la he visto, pienso que no la veré hasta que me la encuentre, y creo que El niño del pijama a rayas lo dejaré para leerlo. Imaginaos donde quedó Holocausto. La imaginación es un poderoso censor. Elegir como representas lo que lees en según que cosas es más llevadero que dejar que otros representen lo que hay en un libro, puesto que si eliges esto último no tienes el dominio de lo que ves y, en determinadas ocasiones, como es mi caso de películas de nazis y campos de exterminio con niños, yo no puedo verlas. No es que no me parezcan adecuadas, que me lo parecen, y si el espectador se indigna por la barbarie, más aún, porque su enfado va por el camino que yo considero correcto. Es que se me hace un nudo en el estómago, y no las necesito para saber hasta donde llegó la brutalidad nazi. Lo sé y lo puedo explicar. Y rebatir a cualquiera que trate de justificar el nazismo, o su ascenso como producto de las reglas del juego democrático.

Conozco los contornos del mal, del verdadero mal, del mal que fuerza a las personas, que las destruye, que las pulveriza, que las domina y extermina. Y aunque hay males que tienen fronteras imprecisas los hay dibujados en líneas muy definidas. El nazismo es uno de ellos y cualquiera con un mínimo de cultura, pero mínimo, mínimo, y un poco de decencia y de creencia en la bondad del ser humano sabe lo intrínsecamente malo de una doctrina que declara -aunque sea en los límites precisos de una geografía- la supremacía de alguien sobre alguien. Oscar Wilde, en un entorno mucho más educado y más civilizado que la barbarie nazi, pero igual de implacable con lo diferente, protagonizó, quizá sin él pretenderlo del todo, el primer acto de orgullo gay cuando, en el juicio, se preocupó de dar respuestas irónicas a las preguntas del fiscal en lugar de respuestas que le hubieran salvado de Reading, retando con su ingenio, precisamente, esa supremacía de lo heterosexual sobre lo homosexual.

En otro orden de cosas, ZERO ha cumplido su advertencia de llevar a los tribunales a HO y a UPyD por calumnias contra el honor, ya que en la publicación de un reportaje sobre Clandestinos, nuestra querida plataforma de internet y el partido que no sabemos a qué juega, en boca de Paco Pimentel, pusieron a la revista a caer de un burro. La imagen de marras produjo indignación y rabia, pero no se pararon en averiguar el origen de la misma -que provenía de la promoción de la película- y cargaron las tintas contra la revista (y de paso contra la película sin tan siquiera haberla ido a ver). Homofobia full splendor, aprovecharon para denunciar la existencia de un lobby gay .

Ese lobby gay trataba de atentar, a través de la revista, contra la existencia misma de la democracia con un delito de apología del terrorismo. En fin, casi, casi delincuencia organizada, si no directamente pecadores ardiendo en el infierno de la banalidad ideológica, tal y como acusaba Esperanza Aguirre (¡precisamente ella, la Ortega en busca de un Gasset del siglo XXI!) al Mayo del 68. Y, hombre, no es que ZERO sea La Revista de Occidente, pero una cierta coherencia en la linea editorial si que tiene y no es uno de sus puntos la apología del terrorismo. Si Pimentel y HO hubieran observado el contexto del reportaje en lugar de jugar al juego rasante y patada en la ceja, quizá no se verían ahora con una denuncia, porque la imagen, por si sola, si observamos bién, no es la de un terrorista, puesto que al hombre desnudo nada lo define como tal, sino que podría ser perfectamente la de un delincuente habitual, o la del compañero del guardia civil en juegos privados de alcoba.

Todo esto es falta de cierto caracter bienhumorado, de reflexión y de perspectiva, sobre todo para controlar lo que dices y que no te metan en un juicio, como es el caso que nos ocupa. El anatema lanzado tan parecido a los que tiene acostumbrados Federico, ¡por Dios! a los juzgados, no tiene nada de reflexión y si mucho de andanada, de ajuste de cuentas con un medio escrito de relevancia entre un sector de la población y, por extensión, con la parte de este sector de la población que claramente se opone a las ideas de HO y al que trata de atraer el partido de Paco Pimentel. Llegado este punto, toca declarar todo el respeto para las víctimas del terrorismo de ETA -o de todos los terrorismos, incluso de los que se quedan sin subvención del Comunidad de Madrid- pero así como HO, UPyD, los elementos cercanos a la AVT -y la propia AVT- y toda la galaxia de la derecha hacen gala de incorrección política a la hora de hablar de otros temas, de maricones, sobre todo pues nada, incorrección política para todos: no creo que puedan poner la mano en el fuego en que una felatio de un guardia civil por parte de quien empuña una pistola (terrorista, delincuente común o compañero sentimental) no es verosimil, ni que esa foto entra dentro de la libertad de expresión que ellos se quejan que es ultrajada por el lobby gay en otros titulares.

La historia con letra pequeña demuestra que sabe escribir entre líneas y con ironía. Ellos, que entre sus filas tienen a César Vidal que escribe, literalmente, sobre lo divino y lo humano, y tanto sabe de todo desde que Dios dijo que se hiciera la luz, debieran saberlo. Y si no, de imagen a imagen, y tiro porque me toca, que aprendan de Ismael Ã?lvarez, que para reirse de nazis que asaltaban su web hizo un Hitler porno gay. Claro que, no se si Ismael sabe lo que Erich Ebermayer nazi y homosexual, escribió sobre Hitler “Hitler saluda, sin levantarse, alzando la mano curvada hacia atrás, con el meñique separado del resto de los dedos. Ese saludo tiene algo de femenino, muy suave, muy austriaco.[….] todo es tan poco prusiano, tan sureño, tan femenino…â€?.

¡Ironías de la vida!. El pequeño Ismael, con el pijama a rayas de su humor, trata de caricaturizar a Hitler para burlarse de los que, desde la extrema derecha, le atacan y lo que consigue es un retrato bastante aproximado, pero tal aproximación no la saben a los que va dirigido el retrato, como así pudo pasar con el guardia civil y el que empuña la pistola, delincuente, terrorista o compañero sentimental. Aunque, claro, mi duda me queda. No se como se hubiera puesto HO y Paco Pimentel si la persona que hubiera empuñado la pistola en la imagen hubiera sido mujer. No habrían caido que en 2008 las mujeres pueden ser guardia civil y que detrás de ese tricornio se puede esconder un moño.

Enrique Olcina Juliá