¿Curar la homosexualidad o curarse la homofobia?
Sunday, December 21st, 2008
Cada cierto tiempo nos sobresalta la noticia de algún curandero con Ãnfulas divinas que dice haber encontrado el elixir de la heterosexualidad. Como esos dioses mitológicos que lograban proezas inimaginables para el entendimiento humano, una casta de iluminados persevera en la llamada curación de la homosexualidad, una sanación que tiene algo de gesta religiosa o de milagro mariano. Este mes le tocaba el turno a una tal Marta Lozano, “ex homosexual y actual mujer libre y felizâ€?, quien ha escrito un libro con un simpático tÃtulo: “Una historia sobre el maltrato y la homosexualidadâ€?, editado por los Padres Salesianos, un libro que cuenta la experiencia de su autora, ex homosexual reciclada en heterosexual por la gracia de Dios. Del libro de Marta Lozano no merece la pena hablar aquà - ya se encarga la COPE -, tan sólo destacar que la autora no habla de “curarâ€? la homosexualidad, habla de “reconducirlaâ€?, un eufemismo que supone un avance en nuestros derechos por el que me gustarÃa darle las gracias en nombre el colectivo LGTB.
Cada cierto tiempo, como decÃa, alguien es noticia por su perseverancia en la idea de que es posible cambiar la orientación sexual de un gay. Hace algunos meses la fundamentalista católica Cristina López Schligting, periodista de la COPE, tenÃa un programa en la radio con ese propósito. Son perseverantes, sin duda, pero confunden la perseverancia con la contumacia; y ya que se trata de unos iluminados, ajenos a la razón humana y a las evidencias de la ciencia, poco podemos hacer por convencerles. Lo único que podemos hacer aquÃ, modestamente, es aportar algo de información a quien se vea atrapado en la lectura de libros como el de Marta Lozano o a quien escuche la COPE más de lo que debiera.
Efectivamente hay personas que dicen haber cambiado su orientación sexual, incluso tienen un nombre, son los “ex gays�, un término utilizado por terapeutas y grupos religiosos para describir a personas que supuestamente han cambiado su orientación sexual, de gay o bisexual a heterosexual, usando las denominadas “terapias de reorientación sexual�: una especie de salida del armario pero al revés, según sus propias palabras. De marcado carácter religioso, Exodus es una de las principales asociaciones de ex gays de EEUU, en su página web hace toda una declaración de principios: ve la homosexualidad como fuera de la voluntad de Dios y el estilo de vida gay destructivo, busca la cura y la redención para el gay y le propone huir del pecado nefando como única forma de encontrar a Cristo.
Muchas prácticas han sido usadas a lo largo del siglo XX como terapias de reorientación sexual: terapias de aversión (suprimir una conducta no deseable mediante un castigo o ciertos estÃmulos desagradables o dolorosos como un choque eléctrico o fármacos capaces de producir náuseas), el psicoanálisis, la orientación y el consejo religiosos… Algunos ex gays casados reconocen que no han conseguido suprimir su deseo homosexual, simplemente lo reprimen.
Ninguna de las principales organizaciones médicas de EEUU apoya las terapias de reorientación. La American Psychological Association ha emitido varios comunicados en contra de estas terapias y muchas otras han expresado su preocupación sobre la ética que rodea a estas prácticas.
Como reacción contra los métodos usados por estas asociaciones ha nacido el movimiento “ex ex gayâ€?, formado por homosexuales que se sometieron sin éxito a terapias de reorientación y las condenan rotundamente. En la red se puede encontrar el testimonio de dos de ellos: Peterson Toscano y Angel Llorent, que en un vÃdeo publicado por La Vanguardia cuentan cómo estos grupos primero estigmatizan la homosexualidad y luego, a cambio de 30.000 dólares, ofrecen las terapias. Toscano cuenta que, entre los métodos terapéuticos de reorientación, le hicieron hasta tres veces un exorcismo para sacar los demonios homosexuales de su cuerpo, llegando incluso a gritarle para arrancarlos de su interior (Parece una broma, pero no lo es). Toscano se casó una mujer, pero el matrimonio, como es lógico, acabó mal: sus deseos nunca cambiaron. Llorente cuenta que las terapias le condujeron dos veces al suicidio: el dolor era tan fuerte que al final se dio cuenta de que no podrÃa superarlo y abandonó. Es recomendable ver el vÃdeo, sólo dura tres minutos.
En fin, es imposible condensar un tema asà en una columna, el tema da para mucho más, y seguramente continuaré hablando de ello en el futuro. De momento, y para acabar por hoy, un par de mensajes para los potenciales lectores de libros como el de Marta Lozano. Uno, que se informen bien antes de someterse a cualquier tipo de terapia; dos, que valoren aceptar con naturalidad su orientación sexual, les puedo asegurar por propia experiencia que la homofobia es mucho más dolorosa que la homosexualidad.
Rafael RodrÃguez.
Cada cierto tiempo nos sobresalta la noticia de algún curandero con Ãnfulas divinas que dice haber encontrado el elixir de la heterosexualidad. Como esos dioses mitológicos que lograban proezas inimaginables para el entendimiento humano, una casta de iluminados persevera en la llamada curación de la homosexualidad, una sanación que tiene algo de gesta religiosa o de milagro mariano. Este mes le tocaba el turno a una tal Marta Lozano, “ex homosexual y actual mujer libre y felizâ€?, quien ha escrito un libro con un simpático tÃtulo: “Una historia sobre el maltrato y la homosexualidadâ€?, editado por los Padres Salesianos, un libro que cuenta la experiencia de su autora, ex homosexual reciclada en heterosexual por la gracia de Dios. Del libro de Marta Lozano no merece la pena hablar aquà - ya se encarga la COPE -, tan sólo destacar que la autora no habla de “curarâ€? la homosexualidad, habla de “reconducirlaâ€?, un eufemismo que supone un avance en nuestros derechos por el que me gustarÃa darle las gracias en nombre el colectivo LGTB.
Cada cierto tiempo, como decÃa, alguien es noticia por su perseverancia en la idea de que es posible cambiar la orientación sexual de un gay. Hace algunos meses la fundamentalista católica Cristina López Schligting, periodista de la COPE, tenÃa un programa en la radio con ese propósito. Son perseverantes, sin duda, pero confunden la perseverancia con la contumacia; y ya que se trata de unos iluminados, ajenos a la razón humana y a las evidencias de la ciencia, poco podemos hacer por convencerles. Lo único que podemos hacer aquÃ, modestamente, es aportar algo de información a quien se vea atrapado en la lectura de libros como el de Marta Lozano o a quien escuche la COPE más de lo que debiera.
Efectivamente hay personas que dicen haber cambiado su orientación sexual, incluso tienen un nombre, son los “ex gays�, un término utilizado por terapeutas y grupos religiosos para describir a personas que supuestamente han cambiado su orientación sexual, de gay o bisexual a heterosexual, usando las denominadas “terapias de reorientación sexual�: una especie de salida del armario pero al revés, según sus propias palabras. De marcado carácter religioso, Exodus es una de las principales asociaciones de ex gays de EEUU, en su página web hace toda una declaración de principios: ve la homosexualidad como fuera de la voluntad de Dios y el estilo de vida gay destructivo, busca la cura y la redención para el gay y le propone huir del pecado nefando como única forma de encontrar a Cristo.
Muchas prácticas han sido usadas a lo largo del siglo XX como terapias de reorientación sexual: terapias de aversión (suprimir una conducta no deseable mediante un castigo o ciertos estÃmulos desagradables o dolorosos como un choque eléctrico o fármacos capaces de producir náuseas), el psicoanálisis, la orientación y el consejo religiosos… Algunos ex gays casados reconocen que no han conseguido suprimir su deseo homosexual, simplemente lo reprimen.
Ninguna de las principales organizaciones médicas de EEUU apoya las terapias de reorientación. La American Psychological Association ha emitido varios comunicados en contra de estas terapias y muchas otras han expresado su preocupación sobre la ética que rodea a estas prácticas.
Como reacción contra los métodos usados por estas asociaciones ha nacido el movimiento “ex ex gayâ€?, formado por homosexuales que se sometieron sin éxito a terapias de reorientación y las condenan rotundamente. En la red se puede encontrar el testimonio de dos de ellos: Peterson Toscano y Angel Llorent, que en un vÃdeo publicado por La Vanguardia cuentan cómo estos grupos primero estigmatizan la homosexualidad y luego, a cambio de 30.000 dólares, ofrecen las terapias. Toscano cuenta que, entre los métodos terapéuticos de reorientación, le hicieron hasta tres veces un exorcismo para sacar los demonios homosexuales de su cuerpo, llegando incluso a gritarle para arrancarlos de su interior (Parece una broma, pero no lo es). Toscano se casó una mujer, pero el matrimonio, como es lógico, acabó mal: sus deseos nunca cambiaron. Llorente cuenta que las terapias le condujeron dos veces al suicidio: el dolor era tan fuerte que al final se dio cuenta de que no podrÃa superarlo y abandonó. Es recomendable ver el vÃdeo, sólo dura tres minutos.
En fin, es imposible condensar un tema asà en una columna, el tema da para mucho más, y seguramente continuaré hablando de ello en el futuro. De momento, y para acabar por hoy, un par de mensajes para los potenciales lectores de libros como el de Marta Lozano. Uno, que se informen bien antes de someterse a cualquier tipo de terapia; dos, que valoren aceptar con naturalidad su orientación sexual, les puedo asegurar por propia experiencia que la homofobia es mucho más dolorosa que la homosexualidad.
Rafael RodrÃguez.