Ha trabajado con los grandes del cine español pero no olvida sus orÃgenes: el teatro Alfil y la compañÃa Sexpeare. Por eso ha vuelto a este conocido escenario madrileño con una obra poco hecha, ‘Solomillo‘, en la que interpreta a un tipo alegre y sabroso que tras perder a MarÃa descubre su verdadera naturaleza: ser un filete en lucha contra su destino.
Con varias pelÃculas de éxito a sus espaldas y un goya en su estanterÃa de premios, Fele MartÃnez ocupa ahora en solitario el escenario del Teatro Alfil en una obra en la que el público es el auténtico protagonista y que puede verse hasta el 4 de noviembre. Dosmanzanas ha estado con él hablando de su trayectoria y de su opinión sobre algunas cuestiones de actualidad.
dosmanzanas.- Vuelta al Alfil, al teatro, un terreno conocido y de referencia para el humor en Madrid, ¿qué se siente en un escenario como el del Alfil?, ¿qué tiene de diferente?
Fele MartÃnez.- Para mà siempre es un gusto volver al Alfil porque yo empecé aquà a hacer teatro de forma profesional con la compañÃa Sexpeare y la obra ‘Yo tengo un amigo que me ama’. Es la tercera vez que trabajo aquà y me gusta mucho porque fue el primero de los teatros a los que vine a ver una función aquà en Madrid. Además, es muy importante que haya una barra en el patio de butacas. La verdad es que siempre me resulta muy agradable tanto trabajar aquà como venir a ver cualquier tipo de función
dm.- ¿Hasta qué punto uno se siente desnudo en una obra en solitario?
F.M.- Hombre, no te sientes desnudo porque se supone que el texto ya viene muy ensayado y trillado. Cuando sà te sientes un poco solo es en el dÃa del estreno, por si hay algún problema en el escenario, pero si todo va bien la función es como un baile y cuando empiezas a decir el texto te olvidas de todo y estás absolutamente arropado por el teatro, por la gente, la música, los técnicos…
dm.- ¿Qué puede esperar quien vaya a ver ‘Solomillo’… una obra de teatro… un monólogo teatralizado… un hÃbrido?
F.M.- Yo creo que es un hÃbrido. Aunque tiene algo de monólogo, se puede decir que es una pieza teatral porque estoy llenando todo el espacio, hay muchÃsima comunicación con el público, que participa y dirige la historia, no sé… yo creo que es teatro puro y duro.
dm.- ¿Tú eres un filete soso o sabroso?
F.M.- Soy un filete bastante salao.
dm.- Para comer ¿la carne o el pescado?
F.M.- Pues soy más carnÃvoro, la verdad. Pero un buen pescado también está bien…. Me gusta muchÃsimo la gastronomÃa y disfruto mucho comiendo.
dm.- Amenábar, Médem, Ricardo Franco, Almódovar… ¿de quién guardas mejor recuerdo y por qué?
F.M.- Pues de todos, disfruto muchÃsimo cada vez que estoy trabajando con alguien, procuro sacar el máximo partido a todo y no soy una persona que se quede con las cosas malas de la gente.
dm.- ¿Cómo preparaste un personaje como el Enrique Goded de ‘La mala educación’, donde la homosexualidad es importante y define parte de la trama?
F.M.- Trabajé muchÃsimo el amaneramiento, pero hasta un nivel absolutamente loco, estaba todo el dÃa practicando para olvidarme de ello en el rodaje y que saliera de forma natural. Fue sobretodo trabajar muchÃsimo la mirada, la curiosidad…. Es un director de cine joven, de los ochenta, que lleva tres pelis y sabe muy bien lo que quiere. En ese sentido me fije mucho en Pedro [Almodóvar], aunque no querÃa que le interpretara a él y me aseguró desde el primer dÃa que no es una pelÃcula autobiográfica. Tiene muchas cosas suyas, pero como todos los personajes que él escribe.
dm.- ¿Hasta qué punto sigue viva esa Iglesia que se presenta en el film de Almodóvar?
F.M.- Pues no lo se porque yo de la Iglesia paso bastante, no me interesa nada en absoluto. Evidentemente cada dos por tres estás viendo noticias de algún cura que ha tratado de abusar de algún niño. Y cuando dicen que la relación de dos personas del mismo sexo va contra la naturaleza, con todos mis respetos a la gente que vocacionalmente está metida en eso, yo creo que lo que es antinatural es negar tus impulsos sexuales. En ese aspecto, al parecer, o se han quedado en blanco o no lo han pensado mucho.
dm.- ¿Cómo estás viviendo la polémica sobre la nueva asignatura de Educación para la CiudadanÃa?
F.M.- Pues la verdad es que no la estoy viviendo nada, porque entre los ensayos, entrevistas y funciones tengo bastante poco tiempo para leer los periódicos. Pero bueno, yo creo que está bien…. Antes por narices tenÃamos que empaparnos de la asignatura de religión porque sÃ. Y ahora les parece mal y ponen el grito en el cielo cuando ellos impusieron aquello durante tantos años. Siempre y cuando la asignatura sea impartida desde un punto de vista imparcial, que es como debe de ser la enseñanza, me parece bastante aceptable.
dm.- ¿Cómo viviste la aprobación del matrimonio homosexual y cuál es tu postura al respecto?
F.M.- Pues me parece de puta madre, con mayúsculas. Es que por qué no, ésa es la historia.
dm.- Si dos manzanas son una cosa, dos peras otra totalmente diferente, y una manzana y una pera nunca son iguales que dos manzanas o que dos peras… ¿qué le dirÃas a la autora de esta reflexión?
F.M.- Que le deberÃa dar un poquito más a la botella a ver si empieza a ver las cosas claras. A esa gente les falta un poquito de evolución, pero qué le vamos a hacer. Cada uno puede tener su opinión, pero expresarla con eso de las peras y las manzanas me parece un poco infantil.