Cuando en dos manzanas nos hicimos eco del provocador artÃculo de Matthew Parris en «The Times» defendiendo la homosexualidad de TintÃn nunca pensamos que el asunto pudiera llegar tan lejos. DÃas después, L’Osservatore Romano, periódico oficial del Vaticano, dedicaba un artÃculo al héroe del cómic en el que se atacaba la tesis de Parris. Ahora es en España donde aparecen las reacciones. El periodista Alfredo Urdaci y el poeta Luis Alberto de Cuenca niegan, desde las páginas del Magazine de «El Mundo», que TÃntÃn sea gay e insisten en la «asexualidad» del personaje.
Según Urdaci, caracterizado por cierto como TintÃn para el reportaje, «como ahora todo debe estar sexualizado, lo que no lo está debe caer en alguna casilla. Por esa regla, algunas pelÃculas de Disney serÃan zoofilia. Ahora lo miramos todo a través de los genitales, y con el aparato reproductor se ve muy poco». Respecto a la camaraderÃa masculina que retratan los cómics de TintÃn, Urdaci afirma que «es adolescente, transgresora. Descubres el mundo y necesitas un camarada. Te arriesgas, te pones a prueba y no quieres estar solo».
Para Luis Alberto de Cuenca, poeta, ensayista, ex-secretario de estado de Cultura y experto en TintÃn, toda esta polémica tiene que ver con «una corrección polÃtica mal entendida y un deseo de buscarle explicación a todo y de jugar a Freud sin ninguna base real». «Yo recuerdo que Terenci Moix en su magnÃfico libro ‘Cómics, arte para el consumo y formas pop’, ya insinuaba que Roberto Alcázar y PedrÃn podÃan ser algo más que amigos. Pero era el 68 y en ello habÃa algo de reivindicativo, era una provocación que se entendÃa en un momento polÃtico y social muy concreto. Pero ahora no tiene sentido hacer esa serie disquisiciones sobre TintÃn. Es evidente que es un personaje asexuado», continúa. Para de Cuenca, «los valores que Hergé querÃa difundir eran básicamente el de la camaraderÃa masculina y la amistad. Las relaciones sentimentales de los personajes no tenÃan ninguna relevancia y por eso ninguno tenÃa novia o mujer, porque no estaba en el guión de lo que él querÃa contar».