
Un adolescente, que vive en un pueblo recóndito de Castilla-La Mancha, que descubre que su orientación sexual es homo, tiene derecho a que existan mecanismos que se pongan en marcha para que:
a.- Él sea informado de que tal posibilidad es perfectamente natural.
b.- Sus padres y familiares sean asesorados.
c.- Su centro de enseñanza asuma y acoja tal posibilidad.
d.- Su vecindario no encuentre inédita tal opción.
e.- Se forjen nuevas tradiciones, que le permitan sentirse uno más en la comunidad sociocultural, asà como proyectarse hacia una o varias alternativas de futuro personal, sirviéndose de diversos referentes.
f.- Reciba influjos y sÃmbolos culturales positivos, de esperanza, que entrelacen la diversidad. Podrá encontrar acomodo, como gay espontáneamente visible, en un mundo simbólico y real, que esté hecho a medida de toda persona, en su integridad, bajo la condición inexcusable de un sentimiento de igualdad universal, que es lo humano.
g.- No le sea nada habitual escuchar vocablos malsonantes con carga emocional negativa, ni chistes denigrantes, ni bromas de pésimo gusto y peor intención subyacente, que de manera directa o indirecta, tengan relación con su ser u opción de vida.
h.- No sienta el peso vital de la construcción y recreación, en su entorno, de prejuicios, estereotipos ni barbaridades que minen su autoestima y su propia aceptación libre y plena.
i.- En resumen, no se vea condicionado a vivir, relacionarse, ni expresarse como no es. No se vea forzado a rendirse a la hipocresÃa ni a la falsedad.
j.- Todo ello, en unión y armonÃa, con su familia, sus educadores, sus iguales, su vecindario, su cultura, sus mitos, su mundo…
(CADA PERSONA ES EL CENTRO. CADA SER HUMANO ES IRREPETIBLE)
Javier VÃllora
Copromotor de «AB-LESGAY«, nueva Asociación provincial de Gays y Lesbianas de Albacete.
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