Ni abanicos, ni plumas, ni pañuelitos, ni cambios de vestido, ni heavy, ni bailarines espasmódicos, ni tÃos con poca ropa, ni fuego por la boca, ni vampiros, ni un harakiri en directo: ya nada de eso vale. Cuando sólo lo hacÃan un par de paÃses solÃan resultar beneficiados. Pero cuando lo hacen todos, entonces volvemos a fijarnos en las canciones, gracias a Dios.
Es lo que pasó ayer, al final resultaron clasificadas todas las que creyeron en sà mismas, las que defendieron con entusiasmo sus canciones. Y eso se nota. Pero habÃa que meter a diez en la final, asà que se colaron algunas. AsÃ, el sábado 12 de mayo volveremos a ver a:
– las dos más bellamente conmovedoras: Serbia (aún tengo la carne de gallina, con cierto rollito bollo nada que ver con las Tatoo) y HungrÃa (descalza y con ropa de mercadillo)
– las dos que me matan de envidia al pensar que España nunca conseguirá llevar nada ni remotamente similar: Bielorrusia y Moldavia.
– las dos más arriesgadas: Bulgaria y Georgia.
– las dos de los estrategas: bien pensado, votar a dos canciones que no tienen absolutamente nada que hacer en la final (TurquÃa y FYR Macedonia) para dar más posibilidades a tu paÃs.
– las dos que hacen que el wagneriano que llevo dentro me provoque estigmas y espumarajos: Eslovenia y Letonia.
La humanidad se libró de ver otra vez los horrores de Suiza, Chipre, Malta, Polonia o Noruega. Una pena lo de Andorra: estuvo francamente bien.
Momentazos: el bailarÃn de Portugal correteando por el escenario mientras aguerridas portuguesas de recias piernas intentaban hacer la tijereta con su cabeza o el odio de los bailarines de Noruega a su cantante: les faltó arrastrarla de los pelos. Y el coro de Albania: los tres hombres más guapos que han pasado por Eurovisión desde el trÃo lalala.
Estas son las canciones que se clasificaron directamente:
Bosnia & Herzegovina: bonita, muy bonita. Una joya, vamos.
España: La sombra de LocomÃa es alargada. Aun asà confÃo en que el público les sitúe en un puesto honroso, de la mitad hacia arriba.
Irlanda: una voz deliciosamente céltica, pero necesitaba otro idioma más élfico y no el inglés. Una lástima.
Finlandia: este tipo de rockera adulta me deja frÃo. Más que un iceberg.
Lituania: qué canción más mona, da gloria oÃrla. Rondará el cero a mi pesar.
Grecia: Ay, ay, ay. Mis amigos aun tiemblan al recordar los movimientos de cadera de Sakis Rouvas en 2004. Este año, Sarbel hará que lo olviden.
Suecia: rotunda, setentera, cutreglamourosa, guitarrera, preciosa por momentos y más vista que el tebeo. Van a por todas.
Francia: skatalÃtica, decadente, desbarrante, flipante. Será de las pocas canciones que conserve en mi cacharrito de mp3. Cantada en frenchenglish.
Rusia: no he sido capaz de oÃrla entera ni una sola vez.
Alemania: un crooner germano dando un toque de qualité al festival. De luxe.
Ucrania: Otra drag: una especie de Gurruchaga esperpéntico que, si logra ganar, será envenenado a lo Yuschenko por algún compatriota de la vieja guardia. O de la nueva. Para muchos es la mejor. Después de tres copas seguro que sÃ.
Reino Unido: Más plumas. ¿Llevan un año diciendo que van a traer a Morrissey y nos despachan con esto?. “Con ese encanto inglés que todo lo mataâ€?, que dirÃan en Retorno a Brideshead. Me siento en el G.A.Y. londinense de los noventa. Fasten your seatbelt.
RumanÃa: Los profesores de idiomas rumanos al paro YA. ¿Les volveremos a dar los doce puntos? Italia no se los puede dar, creo que ahà han patinado a ritmo de kasachov.
Armenia: otra en liza por los ansiados zero points. Y eso que está difÃcil, con tanto paÃs votando. Los turcos igual les dan algún puntillo por mala conciencia, que dirÃa Uribarri.
Resumiendo: para compensar el espanto de Lordi del año pasado, este año Serbia deberÃa ganar el festival (imposible veo el triunfo de Francia, Bosnia o Lituania, que me encantan). Bielorrusia o Moldavia serÃan otra baza excelente. Por motivos extramusicales no me importarÃa que ganaran Grecia o España. Aunque creo que un año más no nos libraremos del espanto, materializado este año en las canciones de Eslovenia, Ucrania o la, algo mejor, Suecia.
De todas formas, en el estado de conciencia totalmente perturbado que me provoca el Festival, reconozco que al final me gustan absolutamente todas las canciones por el mero hecho de haber participado, pero me pasará lo de siempre: votaré a algún isleño velludo que, con un par de botones de la camisa desabrochados y un meneÃto de caderas, tire por tierra los dos meses que llevo escuchando frÃamente este bodrio. Los hombres somos asÃ.
Desde aquà podeis ver gran parte de los vÃdeos de presentación de los finalistas o desde nuestro canal de vÃdeo en YouTube.