La conquista de los derechos civiles plenos por parte de gays y lesbianas en Estados Unidos ha dado un pequeño paso en su lenta pero imparable marcha. En esta ocasión es una jueza de Florida la que acaba de considerar inconstitucional la prohibición a gays y lesbianas de adoptar hijos existente en dicho estado y que data de 1977.
Esto permitirá que Frank Gill adopte por fin a los dos niños a los que, junto a su pareja masculina, lleva cuidando desde que hace cuatro años se le entregaran en acogida tras haber sufrido abusos por parte de sus padres biológicos.
»Este es el foro donde tratamos de sanar a los chicos, encontrarles familias permanentes, de modo que tengan otra oportunidad de lo que cualquier niño debe conocer y sentir desde su nacimiento, y luego continuar con una vida productiva», dijo la jueza Cindy Lederman antes de dar a conocer su decisión. «Rezamos para que los menores prosperen, pero ese es un verbo que escuchamos con poca frecuencia en una corte de dependencia de menores. Estos niños tienen una vida floreciente: eso es algo irrebatible», agregó.
La oficina del Fiscal General de Florida ya ha anunciado su intención de recurrir la decisión, utilizando los conocidos argumentos «de manual» que los homófobos repiten sin cesar a ambas orillas del atlántico: «los gays y las lesbianas tienen de forma desproporcionada más posibilidades de padecer de enfermedades mentales o de abuso de sustancias que las personas que no son homosexuales, algo que los hace menos capaces de actuar como padres, sobre todo con niños en adopción cuyas vidas ya han experimentado un gran estrés».
Muy probablemente tendrá que ser la Corte Suprema del estado la que finalmente decida.