viernes, mayo 16, 2025
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Orgullo & Valor

Una carta en dosmanzanas

Como muy bién establecía Nemo en su último artículo de Entendámonos, la Revolución Francesa fué un giro en la historia LGTB, no sólo por lo que establece en su artículo (la despenalización de la homosexualidad) sino también porque rompe con la estructura de estamentos, poniendo el germen de una organización política centrada en el hombre y el ciudadano, conceptos ambos que irán evolucionando con el tiempo, incluyendo dentro de la categoría de «hombres» y de «ciudadanos» a muchos grupos que en principio, aunque parezca mentira, no estaban incluidos.

Eso, que puede parecer una generalidad, no lo es en realidad. De igual forma que un individuo (heterosexual) construye su personalidad igual lo hace el homosexual, no necesariamente siguiendo los mismo parametros. En una breve pincelada, pues este no es realmente el contenido de la carta, ni yo puedo tratarlo adecuadamente en profundidad el camino es un diálogo entre la búsqueda de justificación / aceptación / voz interior del homosexual y su contrapartida en la busqueda de explicación médica que algunos han señalado como una nueva forma de represión, por parte de la dominante heterosexualidad. Así, por un lado tenemos el interés en la antigüedad clásica sin tapujos que surge primero en Alemania y luego en Inglaterra, y por otro las investigaciones médicas sobre la homosexualidad; la contestación a estas por parte, por ejemplo, de Ulrich, seguidas, entre escándalos (como el de Wilde), susurros (como el de Proust) o públicas declaraciones (como Gide) por explicaciones de la psiquiatría. La búsqueda entre la exaltación de la diferencia (Genet) o el deseo de pasar desapercibido (Foster), constituyen muchos de los ejemplos que día a día, hasta hoy, se reproducen sin cesar entre los homosexuales de todo el mundo, en mayor o menor medida, entre los que me incluyo.

Sin embargo, volvamos a la Revolución Francesa por un momento, y a los principios que (teóricamente) la sustentan. Libertad, igualdad y fraternidad. De esa trinidad se derivan, si nos damos cuenta, el resto de los derechos y son la base fundamental de que ese individualismo no sea feroz y destructivo ( o no demasiado, al menos). Libertad e igualdad quedan claras, pero ¿y fraternidad?. Si en nombre de la Libertad se han cometido muchos crímenes, más se han cometido olvidando la Fraternidad. Para la fraternidad se necesita el valor personal de interpretar cada una de las acciones de nuestra vida como una entrega al otro, y no siempre es un valor constante.

En la Stonewall Inn de Nueva York, la noche del 28 de Junio de 1969, unos homosexuales -y dentro de ellos el grupo de peores homosexuales -travestis, afeminados, lesbianas- celebraban la muerte de Judy Garland. La Policia entró con ganas de juerga de la fea, y se encontraron con que, como se dice en mi tierra, las ostias como van, vienen … Lo demás es historia.

Mark Bingham tenía una empresa de Relaciones Públicas en San Francisco y había jugado al rugby en la Universidad y con los San Francisco Fog. En sus años de universidad Bingham se había encontrado en la tesitura de tener que aceptarse como jugador de rugby y como gay y hacerlo público. La posibilidad de conciliar todo eso le vino, posiblemente, con los San Francisco Fog, un equipo abierto a la diversidad y con una clara vocación didáctica del deporte en esas minorías que lo veía como una región inalcanzable del mundo macho. Mark Bingham, a lo largo de su vida, se enfrentó en ocasiones a situaciones de violencia, defendió a su novio de un asalto a punta de pistola, por ejemplo.

Un día, Mark Bingham tomó un vuelo con destino a la Costa Oeste. Su empresa iba bién y estaba cerrando un trato para abrir una oficina en la Costa Este. Era un empresario respetado en su trabajo. El vuelo fué secuestrado y Mark Bingham, junto con otros pasajeros, se enfrentó a los secuestradores. Todo tuvo un trágico final. El vuelo era el United 93, el día 11 de Septiembre del 2001 y su acción permitió que el avión no fuera usado para matar cientos de inocentes. Le dijo a su madre, desde su teléfono movil, que iban a intentar «hacer algo».

Ciertamente, no puedo demostrar que la acción que originó lo que ahora conocemos como Orgullo esté directamente relacionada con la hazaña de Mark Bingham, pero me resulta difícil pensar como una y otra no puedan estar relacionadas. ¿Por qué?. Mark Bingham había construido su personalidad de gay, empresario, deportista y amigo no como compartimentos cerrados ni separados, sino como un todo. Y en el momento crucial, como otras veces en su vida, supo ser un héroe, como lo fueron los homosexuales de Stonewall Inn.

Eso es lógico, porque los que quieren ser completamente iguales, y completamente libres pueden ser generosamente fraternos. A ellos, como a tantos otros, debemos darles las gracias.

Odysseus The Ithacan

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