
La familia tradicional cristiana no estará el dÃa 30 de diciembre en Madrid. En parte porque mi familia, que es tradicional y cristiana, tiene un miembro que es homosexual: yo, que desde que me casé también he constituido – o pretendo – una familia tradicional y cristiana. Porque la familia tradicional y cristiana se basa en algo que se llama amor, algo que muchos parecen haber olvidado. Y ese amor (que es como un calorcito que sale de la hoguera) nada tiene que ver con los gritos furibundos de odio de los fariseos que se golpean en el pecho y gritan al aire lo buenos que son ellos y lo malos que son los demás. Porque la familia tradicional cristiana se preocupa de visitar a los enfermos, de estar con los ancianos, de ayudar en lo posible a los que lo necesitan, de recibir la mirada de Dios a través de los ojos helados de las prostitutas. Porque a la familia tradicional cristiana le importa un carajo quién gane las elecciones porque su reino no es de este mundo, porque sabe que será bienaventurada en el otro. Mi familia (la que formamos mi marido y yo) y mi familia (la de mis padres y mis hermanos) pediremos a Dios ese dÃa 30 que todas las ovejas corruptas y descarriadas (y muchos, que irán engañados por los oropeles y la confusión) vuelvan al redil y encuentren el amor a Dios en el amor a sus hermanos.
Porque la familia tradicional cristiana se muere de SIDA en EtiopÃa, de hambre en Somalia, de malaria en la India, de pobreza en Bolivia y no tiene tiempo de andar mendigando prebendas.
Que Dios tenga piedad de ellos.
San Mateo 23
¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que cerráis a los hombres el Reino de los Cielos! Vosotros ciertamente no entráis; y a los que están entrando no les dejáis entrar.
¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, porque edificáis los sepulcros de los profetas y adornáis los monumentos de los justos, y decÃs: «Si nosotros hubiéramos vivido en el tiempo de nuestros padres, no habrÃamos tenido parte con ellos en la sangre de los profetas!» Con lo cual atestiguáis contra vosotros mismos que sois hijos de los que mataron a los profetas. ¡Colmad también vosotros la medida de vuestros padres!
¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que pagáis el diezmo de la menta, del aneto y del comino, y descuidáis lo más importante de la Ley: la justicia, la misericordia y la fe.
¡Serpientes, raza de vÃboras! ¿Cómo vais a escapar a la condenación?
elputojacktwist