Siempre he sido de poca teorÃa y mucha práctica, sobre todo en cuanto a homosexualidades se refiere, pero la edad acaba con todo. Además, los veranos son muy largos y éste he decidido adentrarme en el proceloso mundo del ensayo gay (y salir indemne). En esta nuestra España de todos los dolores, sabemos que copiar a un solo autor es plagio, pero copiar a varios se considera investigación. Si se acaba con una referencia a autores sacrosantos, “contad si son catorce y está hecho». Asà que allá vamos: ¡a teorizar! (y a posicionarnos bien en los algoritmos de indexación de Google, todo hay que decirlo). (1)
AsÃ, comencé buceando en los enunciados performativos de Austin e intenté buscar algún ejemplo. Austin llama enunciado performativo al que no se limita a describir un hecho sino que, por el mismo hecho de ser expresado, realiza el hecho. Bajé al turco de la esquina de mi casa, le miré con ojos libidinosos y le dije “Me vas a dar una hostia». Algunos me acusarán de que mi ejemplo no vale porque no se produce “en el instante mismo». Pero tendrÃais que conocer al turco de la esquina. Hilando más fino podrÃa decir que mi ejemplo serÃa performativo perlocutivo. Sin embargo el hecho no se realizó (es más, recibà una sonrisa de medio lado algo turbadora).
Decidà olvidarme de Austin y obviar a Derrida, bastante desprestigiado desde que se deconstruye hasta la tortilla de patatas y ahora que lo queer reniega de él. En cuanto a Foucault, le tengo demasiado respeto como para mezclarlo en todo esto. Además siempre me ha dado miedo el S/M (aunque me atrae fatalmente eso de la desexualización del placer, sobre todo cuando hay chocolate en la nevera). Asà que decidà atacar los conflictos sexo/género/deseo cual si me fuera la vida en ello. Al cabo de unos dÃas me sentà fatal: era un varón, homosexual, sin pluma cuando quiero, blanco, burgués, con papeles: lo peor de lo peor del planeta marica. Encima me habÃa casado con mi novio de toda la vida reproduciendo estructuras heteropatriarcales y falogocéntricas que no hacÃan más que perpetuar la maldad homófoba omnipresente en todos los heteros (y estigmatizando aun más a los que se encuentran en la intersección de todas las marginalidades). Pero ¿era yo un varón?. Después de leer a la Butler, a la Wittig, a la Anzaldúa, a la de Lauretis, a la Sedgwick, a una le quedan ganas de todo menos de eso. Comprendà que lo que yo creÃa que era mi naturaleza de varón sin pluma no era más que una performance y que mi verdadero sexo estaba en ese continuum que existe entre los dos sexos tradicionales, con un clÃtoris quizá demasiado grande (tampoco entendÃa demasiado bien por qué el continuum se tenÃa que extender “entre» esos dos sexos y no irradiar desde ellos o implosionar o recorrer vericuetos hacia caminos sin salida, o fondos cenagosos) y que mi boda con mi actual marido no era más que una mirada camp sobre las bodas de los propios heterosexuales performada por dos drag kings cuya masculinidad es construida (tan construida como la de los machitos heteros, por otra parte). Añadiré que aún asÃ, nada más queer que la propia jueza, que podrÃa dar al traste con todos los ensayos sobre sexo y género y orientación sexual escritos desde Freud.
Le conté a mi marido la verdad de mi nuevo ser de(con)struido y me miró desde lo más profundo de su nuevo ser de(con)struido. Nuestras identidades se escurrÃan por el fregadero, reacias a ser descritas –nada más queer -. “Entonces», me dijo, “¿esto de la homosexualidad no era que nos gustaban los hombres?, ¿no nos casamos porque nos querÃamos?». “No cariño, a la que le gustan los hombres es a mi prima, lo nuestro es difer(a)nte. Ven, que te voy a tocar el clÃtoris». Y me sentà más queer que nunca.(2)
elputojacktwist
Judith Butler, (2001), El género en disputa, Paidós, México. Reeditado en 2007.
Teresa de Lauretis, (2000), Diferencias, Horas y Horas, Madrid.
Javier Sáez (2004), TeorÃa queer y psicoanálisis, Ed. SÃntesis. Madrid
Córdoda, Sáez, Vidarte: TeorÃa queer: polÃticas bolleras, maricas, trans, mestizas. Egales, Madrid, 2005.
Eve Kosofky Sedgwick, (1998), EpistemologÃa del armario, La Tempestad, Barcelona.
Monique Wittig, El pensamiento heterosexual, Egales, Madrid, 2005
Anzaldúa, G., Borderlands/La Frontera, 1987.
De Lauretis, T., «Queer Theory: Lesbian and Gay Sexualities»
(1) ¿Qué serÃa un ensayo sin notas a pie de página?.
(2) Como espero hayáis comprendido, lo anterior está escrito en tono irónico. Todos estos libros – y otros de las mismas autoras – son fantásticos y su lectura es imprescindible (3).
(3) Con la nota (2) no pretendo subestimar la inteligencia del lector medio de esta web, pero anteriores experiencias con el uso de la ironÃa en internet me hacen pecar de prudente, quizá en exceso.