Un portavoz de la iglesia católica de Escocia, Peter Kearney, ha afirmado que «existe una evidencia abrumadora de que las relaciones entre personas del mismo sexo son intrÃnsecamente inestables y reducen la esperanza de vida». El comentario fue hecho como reacción al caso de dos niños, hijos de una adicta a la heroÃna que los dió en adopción, y que han sido entregados a una pareja gay en lugar de a sus abuelos. Los servicios sociales consideraron que la pareja les ofrecÃa un entorno familiar más seguro y estable, mientras que a sus abuelos no los consideraron capacitados para hacerse cargo de los niños.
Kearney afirmó que se trataba de «una decisión devastadora que tendrá un gran impacto en el bienestar de los niños». Y es que a pesar de las presiones de la iglesia católica, las autoridades británicas han permanecido firmes a la hora de aplicar la ley, que en Gran Bretaña permite a las parejas del mismo sexo adoptar incluso desde antes de que se aprobara la vigente ley de uniones civiles. De hecho, las agencias católicas que gestionan los procesos de adopción en aquel paÃs ya no pueden discriminar a gays y lesbianas, tras finalizar en enero el periodo transitorio de dos años que se les habÃa concedido para acomodarse a la nueva situación tras la aprobación de una legislación antidiscriminación.
En otro orden de cosas, Stonewall, organización británica que lucha por los derechos civiles LGTB, ha mostrado su gran preocupación por el tono homófobo con el que algunos medios de comunicación británicos están tratando el caso de estos niños.
La iglesia católica de Escocia se ha caracterizado especialmente por su fuerte oposición a los derechos de las personas LGTB. No hace mucho el obispo de Motherwell, Jim Devine, criticaba el hecho de que gays y lesbianas participaran en actos en memoria del Holocausto ya que, según afirma, lo hacen «para fomentar la imagen de que son un grupo que ha sufrido persecución».